Cuando uno mira la alineación y el banquillo del Barça se pregunta “¿qué está pasando en la Masía? Algo bueno se estará haciendo en el Barcelona con los chavales. No para de salir talentos, bien sea de los que marcan la diferencia, como los más que contrastados Xavi, Iniesta o Messi, o de los que saben de su rol y cada día tienen más que decir en los triunfos del equipo. A este club, al de esa clase media que a la larga es el secreto de los títulos, es al que pertenece el bueno de Pedro.
Este pequeño y eléctrico tinerfeño es el paradigma del jugador captado por la red de ojeadores del Barça. En un torneo de juveniles, vieron en el Raqui San Isidro a un tal Pedrito, chavalín habilidoso y talentoso, con destellos de esa legendaria escuela canaria que tan buenos (aunque muchas veces indolentes) jugadores ha dado a nuestro fútbol.
Pues esa escuela, la del trabajo desde la base, hoy está de enhorabuena. Con su gol en la prórroga ante el Shakhtar ha vuelto a reivindicarse, a sí mismo y a un proyecto que si bien no destaca por su modestia (ni en presupuesto, retórica o pretensiones), sabe darle ese peso específico a la cantera que en otros equipos brilla por su ausencia. Veteranos y noveles parece el lema. Si Santiago Bernabéu levantara la cabeza...

SOPORÍFERO
Como veis apenas hablo del partido. Da pereza, casi tanto como haberlo visto, porque la realidad es que fue un partido pestoso, lento, impreciso... En definitiva, infumable. El espectáculo no se vio por ningún lado, quizás en parte porque la semilla de la pretemporada estaba latente. A eso hay que unirle un rival que para nada ayudó a la causa; un Shakhtar ordenado y bien recogido atrás, y dando señas de ser un equipo muy bien trabajado desde el banquillo. Se agradece ver un equipo al que se le ve la mano del entrenador en algo más que en el 11 inicial. Olé Lucescu.
El equipo ucraniano, con el culé Chygrynsky de jefe de operaciones, fue por momentos una muralla insuperable para un desafortunado y poco inspirado Barça. Mención aparte merece el campo, que por momentos uno pensaba que había sido empleado durante el verano como huerta por la capital del ocio, la riqueza y...del despiporre, porque sólo así se entiende que a estas alturas de la película se juegue una Supercopa de Europa en un campo así. ¡Vaya patatal!
La primera parte transcurrió sin grandes ocasiones. A reseñar un claro penalti no pitado a favor del Barça por mano tras un lanzamiento de falta del Barça de Messi. Involuntaria probablemente sea, pero no deja de ser absurdo que de cada diez penaltis de este tipo, piten cinco. ¿Tan difícil es unificar criterios? No obstante el Barcelona lo seguía intentando, sin poner apenas a prueba a un dubitativo Pyatov. Mientras el Shakhtar seguía agazapado atrás y con presión a partir de la mitad del campo buscaban la contra.
Pero el ratón rara vez caza al gato. El Shakhtar bajó físicamente y los ataques brillaban por su ausencia. El Barça lo seguía intentando y Messi puso un plus de desequilibrio por la banda. Fue el más participativo y lo intentó de todas las maneras posibles. Frente a él 2 ó 3 jugadores siempre. Muy complicado. Y así se nos fueron los 90 minutos de partido, no puedo decir que rápidos porque de entretenidos tuvieron poco.

NO ME LLAMES PEDRITO, LLÁMAME... DON PEDRO
Antes de finalizar el tiempo reglamentario tuvimos tiempo para ver tres imágenes esclarecedoras: Ibra dejaba su sitio a Pedro tras un partido más que discreto del sueco. Mucho tendrá que mejorar para aportar ese “extra” que afirman que tiene respecto a Eto´o; la segunda imagen es la de Iniesta en la grada comiéndose las uñas de los nervios. Sabía que en ese partido el mago de la tez blanquecina no podría sacar su varita mágica... y viendo lo que había estaba intranquilo; por último un amago de cabezazo de Messi a Srna, señal de que no las tenía todas consigo “la pulga” y el Barcelona.
Así se llega a la prórroga. Nunca 30 minutos han dado para tanto. Escándalo, jugadores reivindicados, otros no tan bien parados, frustración, cantera... pero vamos a ir por partes.
Los cambios le dieron al Shakhtar otro brío, y ahora sí buscaban la contra de manera descarada ante un cansado Barça. Guardiola buscó un toque de aire fresco en el banquillo, ¿y a que no sabéis a qué recurrió? Exacto, los tres cambios en un partido en el que se juega un título (menor, eso sí) fueron chavales de la cantera: el anteriormente citado Pedro, Sergio Busquets y Bojan. ¿Valentía o temeridad? El resultado le dio la razón.
Minuto 115 de partido. Cuando todos pensaban en la tanda de penaltis, Pedro está a otra cosa. La coge en la banda izquierda Pedro, dribla hacia dentro con la suya, la diestra y encuentra a Messi. Como los dos son bajitos y saben de fútbol un rato no tienen problemas para asociarse. Messi se la devuelve ya en el interior del área, y cayéndose el canario ajusta al palo izquierdo de Pyatov. El Shakhtar muerto y el Barça ya celebraba su segundo título de los seis a los que aspiran.
Eso sí, todo podía haber sido diferente si el colegiado belga hubiera pitado penalti en una acción más que controvertida. El técnico de Shakhtar lo tiene claro: “Fue el único que no lo vio”. Una posible ayuda arbitral que no emborrona la irrupción de un chico que puede ser muy útil para el Barça y se ha ganado el respeto de todos a costa de goles importantes (contra el Athletic metió uno y dio la asistencia del otro). El deportista anteriormente conocido como Pedrito ha madurado. Ahora llámenle don Pedro.

GOLES

1-0 Min. 115 Pedro

JUGADOR DEL PARTIDO

Pedro